martes, 16 de octubre de 2018

La conversión: Obra del Espíritu Santo


OBJETIVO: Descubrir cómo actúa el Espíritu Santo en nosotros, para vivir una verdadera conversión, y a ejemplo de San Pablo (Saulo) nosotros podamos sentir el llamado de Dios a una conversión profunda.

1.-  ACTIVIDAD MOTIVADORA:

a)    Leer al frente la cita bíblica (Hechos 2, 1-11).
b)    Conversar entre todos:
¿De qué nos habla la cita del evangelio?
En nuestra vida diaria: ¿Cómo vivimos nuestro Pentecostés? En comunidad: ¿Sentimos la presencia del Espíritu Santo?

2.- TEXTO DE APOYO.

¿Quién es el Espíritu Santo?

<<Nadie puede decir: “¡Jesús es Señor!” sino por influjo del Espíritu Santo>> (Co 12, 3). Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu Santo de su hijo que clama ¡Abba, Padre! (Ga 4, 6) este conocimiento de fe no es posible sino en el Espíritu Santo. Para entrar en contacto con Cristo, es necesario primeramente haber sido atraído por el Espíritu Santo. Él es quien nos precede y despierta en nosotros la fe. Mediante el Bautismo, primer Sacramento de la fe, la vida, que tiene su fuente en el Padre y se nos ofrece por el Hijo, se nos comunica íntima y personalmente por el Espíritu Santo en la Iglesia. (C.I.C 683).
El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo del designio de nuestra salvación y hasta su consumación. Pero es en los <<últimos tiempos>>, inaugurados con la Encarnación redentora del Hijo, cuando el Espíritu se revela y se nos es dado, cuando es reconocido y acogido como persona. Entonces, este designio divino,

que se consuma en Cristo. <<Primogénito>> y Cabeza de la nueva creación, se realiza en la humanidad por el espíritu que nos es dado: la Iglesia, la comunión de los Santos, y el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. (C.I.C 686).

¿Cómo actúa?

<<Nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios>> (Co 2, 11). Pues bien, su Espíritu que lo revela nos hace conocer a Cristo, su Verbo, su Palabra viva, pero no se revela a sí mismo. Él que <<habló por los profetas>> nos hace oír la Palabra del Padre. Pero a Él no le oímos. No le conocemos sino en la obra mediante la cual nos revela al Verbo y nos dispone a recibir al Verbo en la fe. El Espíritu de verdad que nos <<desvela>> a Cristo <<no habla de sí mismo>>. Un ocultamiento tan discreto, propiamente divino, explica por qué <<el mundo no puede recibirle, porque no le ve ni le conoce>> mientras que los que creen en Cristo le conocen porque él mora en ellos. (Jn 14, 17) (C.I.C 687). El Espíritu Santo que Cristo, Cabeza derrama sobre sus miembros, construye, anima y santifica a la Iglesia. Ella es el Sacramento de la comunión de la Santísima Trinidad con los hombres. (C.I.C 747)

Dones y frutos del Espíritu Santo.

La vida moral de los cristianos está sostenida por los dones del Espíritu Santo. Estos son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo. Los siete dones del Espíritu Santo son:
Sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David. Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes la reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas.

Los frutos lo encontramos en Galatas 5; 22-23 : Frutos del
Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.

La conversión de Pablo.

Saulo no desistía de su rabia, proyectando violencias y muerte contra los discípulos del Señor. Se presentó al sumo sacerdote y le pidió poderes escritos para las sinagogas de Damasco, pues quería detener a cuantos seguidores del camino encontrara, hombres y mujeres, y llevarlos presos a Jerusalén. Mientras iba de camino, ya cerca de Damasco, le envolvió de repente una luz que venía del cielo. Cayó al suelo y oyó una voz que le decía: <Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?> Pregunto él: <¿Quién eres tú, Señor?> Y Él respondió: <Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Ahora levántate y entra en la ciudad. Ahí se te dirá lo que tienes que hacer.> (Hechos 9, 1-6)
¿Por qué Pablo (Saulo de tarso) perseguía a los cristianos? Por la honestidad y coherencia de sus convicciones. Él procedía de buena fe, en su celo persecutorio contra los cristianos, a los que consideraba apóstatas (desertores) de la auténtica Ley Divina, y por consiguiente culpables. Se sentía obligado a defender la pureza de su religión, que creía contaminada del cristianismo.
Cuando alguien tiene una conversión como la de Pablo, pensamos que al cambiar de miras y objetivos ya tiene un camino definido que él conoce a detalle y es capaz de seguirlo con seguridad. No es así. Primero viene la conversión, donde recibe tanta luz que queda como estático, sin saber qué hacer o qué camino tomar. Sabe que ha cambiado profundamente, que lo que ayer le interesaba y lo consideraba básico en su vida, en adelante ya no será importante, sino que lo rechazará y lo tendrá por basura (flp 3, 8), y ahora tener por ganancia a Cristo, sería su verdadera conversión.

El que ha sentido ese llamado debe estar abierto a la misión que Dios le va a indicar, y eso lleva tiempo.
La gracia de dios no anula la personalidad del que la recibe, sino que aprovecha las cualidades de la persona y las mejora, las ilumina y las fortalece. El Señor necesitaba alguien del temple de San Pablo para predicar su doctrina y convertir a los gentiles.

3)     REFLEXIÓN SOBRE EL TEXTO DE APOYO.

a)   Como en Pentecostés sentimos ese llamado de misionar, sabiendo que todos hablamos el mismo idioma. Esa es la riqueza espiritual de Hogares Nuevos, pobres, ricos, no importa el País, los Pueblos más alejados, lo importante es misionar, está la esquina, hasta el confín de la tierra.
b)   ¿Cómo comunidad es bueno trabajar día a día, los dones y frutos del Espíritu Santo? Y llevarlos a cabo con nuestros hermanos, fortaleciendo nuestra relación siendo piadosos principalmente con el que más lo necesita.
c)   Ahora es un buen momento para reflexionar; ¿cómo matrimonio, como comunidad, nos preocupamos por vivir una auténtica conversión, cuidándonos mutuamente por vivir en gracia, frecuentando la confesión?

Ahora le vamos a pedir en estado de oración, al Espíritu Santo: Impúlsanos a ser misioneros de la familia invitando a matrimonios a hacer el Encuentro; a llevar a nuestros hijos a realizar sus Encuentros.

Todo esto nos ayudará por Gracia de Dios.

4)     CONCLUSIONES FINALES, PARA LEER EN EL TALLER, Y SEGUIR REFLEXIONANDO EN CASA.

*Recibir el Don del Espíritu Santo. ya una vez convertidos y bautizados en el nombre de Jesús para el perdón de los pecados, los nuevos creyentes reciben el don del Espíritu Santo regalo que Dios mismo ha prometido, pues el Espíritu

Santo, nos dice Pedro, no es solamente para los apóstoles, sino para todos los oyentes que acepten el testimonio de Jesús.
*La novedad, la buena noticia ha sido que el Espíritu Santo ha hecho nacer este Movimiento. Él lo CREO como una respuesta a estos tiempos, como una primavera del Espíritu. Es un llamado de Dios en Cristo, para que, desde nuestras familias, llevarlo para bien de los hogares.
*Hogares Nuevos-Obra de Cristo, es grande, porque podemos observar en muchos matrimonios hermosas conversiones, en donde corazones indiferentes, y hasta rebeldes, se abrieron a la acción salvadora de Cristo. Y a ejemplo de San Pablo van descubriendo esa luz que nos llama a ser misioneros, a propagar su palabra, para que cada vez haya más y más familias donde guiadas por el Espíritu Santo vivan una verdadera conversión, llevando a Cristo vivo en sus corazones.
Marcos Flores 

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