martes, 29 de mayo de 2018

Nuestras decisiones nos definen



Objetivo
Tomar conciencia que, en el día a día, con cada decisión que tomamos nos vamos creando como persona y marcando el camino que queremos seguir. Y en ese camino que elegimos, ¿lo tenemos en cuenta a Cristo o vivimos encerrados en lo terrenal y rutinario?
Didáctica 1: STOP
 Dar a cada integrante una tarjeta con una situación cotidiana que representa diferentes estados emocionales y/o físicos:
-Te mordió un perro                                         -Te despidieron del trabajo             
-Ganaste la lotería                                           -Vas a ser papá/mamá
-Vas al cine con el amor de tu vida                  -Te robaron la billetera
Una vez que cada jugador ha leído su situación, el director del juego comenzará a dar órdenes que deben cumplir sin dejar de representar la situación que caracteriza a su personaje. Luego de numerosas y movidas órdenes (las cuales se dan con el objetivo de distraer a los participantes) se pide a los jugadores que paren, observen y digan lo que vieron.
¿Qué sentimos cuando nos detuvimos a pensar, sin seguir las órdenes de alguien más?
¿Que observamos cuando estuvimos siguiendo las órdenes?¿Y cuando estuvimos quietos?
¿Alguno se dio cuenta de cómo se sentía el otro?

Didáctica 2: Fábrica de barcos:
Se le da a cada jugador un billete del juego del mismo valor. El objetivo de todos es comprar los materiales necesarios para construir un barco e irse de viaje. En la lista de materiales se encuentra:
-Ancla                                                            -Madera
-Velas                                                            -Clavos
-Herramientas                                                -Agua y comida
-Remos                                                          -Barco completo
Se debe aumentar el número de materiales acorde al número de participantes, con la finalidad de que cuando se llegue a la opción de vender el barco completo ya nadie tenga dinero.

Conclusión
Muchas veces tomamos decisiones apresuradas sin pararnos a pensar en cómo nos afecta en nuestra vida o en la de los demás. Aunque parezcan cosas insignificantes, a veces hasta incluso el más mínimo acto o sonrisa puede cambiarle el día a los que nos rodean. Constantemente nos olvidamos de que esas pequeñas decisiones son las que nos forman en la vida y simplemente hacemos las cosas por inercia, nos encerramos en nosotros mismos y nos dejamos llevar por lo que dicen los demás o por la rutina y nos olvidamos de Dios. Realmente es importante preguntarle a Él ¿Qué quieres de mí? ¿Cómo puedo actuar de la mejor manera ante esta situación que se me presenta? ¿Qué harías Vos en mi lugar?; y para ello debemos hacer un “stop”, mirar a nuestro alrededor y apreciar cada momento como si fuera el último, y por ende actuar como si lo fuera. Como dice en la Biblia “Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócele en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas.” Proverbios 3,5-6.


 
Agostina Psenda | Sofia Chaves