TRABAJAR EN EQUIPO
En nuestros encuentros de Hijos de
Hogares Nuevos, en varios momentos hablamos de ser diferentes. Sobre todo en el
final de cada encuentro, remarcamos: la necesidad de ser luz en nuestra
sociedad, de llevar a Cristo a los demás, de formar comunidad, de construir la
civilización del amor, etc.
¿Queremos ser diferentes solamente por
el hecho de ser diferentes? Claramente no.
Nuestro objetivo es “hacer la
diferencia” aportando luz en tanta oscuridad social. Intentar lograr esa
civilización del amor de la que tanto hablamos. Generar en la tierra, un
pedacito de cielo.
A través de este pequeño texto,
intentaremos brindar algunos tips para que las herramientas personales sean lo
más útiles posibles en los “equipos” de los cuales formamos parte.
HACIENDO LA
DIFERENCIA
Muchos de nosotros, Hijos de Hogares
Nuevos, seguramente hemos formado parte de grupos de trabajo: como animador en
algún encuentro, en algún grupo de jóvenes de la parroquia, también en el
colegio/universidad, o bien en el trabajo cuando estamos insertos en la vida
laboral.
Quizás alguno haya visto la charla Ted
de Manu Ginóbili. La misma se titula “Ser Diferente”, y en ella, el
protagonista remarca cinco puntos para hacer la diferencia.
Manu destaca cinco elementos y los presenta
como talentos:
1.
Como primer
talento, habla de “buscar un objetivo.
No dejarse distraer. No irse por las ramas. Buscarlo, identificarlo, y hacer
todo lo posible (lo que esté a tu alcance) para conseguirlo”.
Pensemos en los
“equipos” de los que formamos parte en nuestra vida. ¿Tenemos claros los
objetivos? ¿Hemos elaborado un plan para llegar a la meta propuesta? Muchas
veces podemos caer en reunirnos por mero entusiasmo, pero no tener claro el
norte. Asimismo, quizás tenemos claro el objetivo, pero podemos no tener
elaborado el plan para alcanzarlo. Debemos buscar el objetivo, y no
distraernos!!
2.
“Otro talento, es ver lo que falta. Qué
necesita tu equipo”.
Varias veces nos puede pasar que
lleguemos a un grupo ya conformado. Quizás en ese grupo los roles ya están
definidos. Pongamos un ejemplo futbolero: alguna vez quizás queremos jugar de
delantero, pero ya hay un goleador en el equipo. Lo que falta, es un arquero.
Para que “el
equipo gane”, debemos identificar qué es lo que falta, y tratar de aportarlo.
Quizás tenemos un mejor talento en el área rival, pero el equipo me necesita en
la propia.
3.
“Otro talento, es relegar el lucimiento
personal, para que tu equipo gane”.
Este talento
descripto por Gino no requiere demasiada reflexión, y viene enganchado del anterior.
¿No hemos formado parte de grupos donde la totalidad de los integrantes quieren
ser el goleador? Enlazando con el tema, también recomendamos la charla Ted de
Fabricio Oberto, quien ha sido catalogado por uno de sus entrenadores como “el
peor mejor jugador”. Más allá de esta calificación que suena graciosa, resulta
importante ser conscientes de cuán
principales resultan las tareas de los personajes secundarios. Los
llamados: Héroes Anónimos.
4.
Un talento más, es
“disfrutar de jugar con tus compañeros. Disfrutar
de los logros ajenos. Cuanto mejor sea mi compañero, mejor será el equipo”.
¿No nos pasó
alguna vez en algún trabajo grupal del colegio que decíamos: mejor lo hago yo,
y después lo firmamos todos? ¿No estamos un poco acostumbrados a pensar que cuando
lo hago yo, es mejor?
Tenemos que desterrar estas concepciones de
nuestra sociedad. Tenemos que comprender que:
A.
Juntos es mejor;
B.
Lo que aporta otro,
más lo que aporto yo, resulta más que lo que aporta cada uno individualmente.
Pasemos en limpio.
Sería algo así como que si yo aporto uno, y mi compañero aporta uno, el
resultado es tres (1 + 1 = 3). ¿Por qué esto? ¡Porque lo que a mi me falta, lo
complementa mi compañero, y los resultados de trabajar en conjunto son mayores
a los individuales por separado!
5.
Por último,
destaca como talento el hecho de “entender
las propias limitaciones, y aceptar que en algunos momentos no se puede”.
Por ello, no
debemos desanimarnos cuando no alcanzamos algunos de nuestros objetivos. Por el
contrario, debemos tomar más fuerzas, que sumadas a la experiencia previa nos
ayudarán a llegar a la meta.
A modo conclusivo
y en carácter cde reafirmación, no debemos olvidar que Jesús realizaba su misión en equipo.
Como Hijos de
Hogares Nuevos, y Cristocentristas, debemos destacar la necesidad de aprender a
trabajar en grupo, imitando a Jesús.
Tal como lo
analizábamos en el trabajo anterior, todos poseemos muchos dones. Pero si no se
ponen al servicio del grupo, o no sabemos utilizarlos de la manera correcta, de
nada nos servirán.
¡De cada uno de
nosotros depende!
Esperamos que sean
útiles estos puntos, y que realmente podamos hacer la diferencia.
Matias Seewald



