Paso 1. Leer: ¿Qué dice el texto? En primer lugar, se lee el texto. Al nivel más básico, uno se pregunta: ¿Qué sucede en este pasaje del Evangelio?
Paso 2. Meditar:
¿Qué me dice Dios a mí en este texto? En este punto, uno ve si hay algo
que Dios quiere darle a conocer en este pasaje.
Paso 3. Rezar: ¿Qué le quiero decir yo a Dios sobre el texto?
Paso 4. Actuar:
¿Qué hacer como resultado de la oración? Es conveniente ponerse un
compromiso concreto.
Romanos 7:14-25
La lucha contra el pecado
14 Por lo tanto, el problema no es con la ley, porque
la ley es buena y espiritual. El problema está en mí, porque soy demasiado
humano, un esclavo del pecado. 15 Realmente no me entiendo a
mí mismo, porque quiero hacer lo que es correcto pero no lo hago. En cambio,
hago lo que odio. 16 Pero si yo sé que lo que hago está mal, eso
demuestra que estoy de acuerdo con que la ley es buena. 17 Entonces no soy
yo el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí.
18 Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza
pecaminosa[a] no existe nada bueno.
Quiero hacer lo que es correcto, pero no puedo. 19 Quiero hacer lo
que es bueno, pero no lo hago. No quiero hacer lo que está mal, pero igual lo
hago. 20 Ahora, si hago lo que no quiero hacer, realmente no
soy yo el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí.
21 He descubierto el siguiente principio de vida: que
cuando quiero hacer lo que es correcto, no puedo evitar hacer lo que está mal. 22 Amo la ley de
Dios con todo mi corazón, 23 pero hay otro poder[b] dentro de mí que está
en guerra con mi mente. Ese poder me esclaviza al pecado que todavía está
dentro de mí. 24 ¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de
esta vida dominada por el pecado y la muerte? 25 ¡Gracias a
Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor. Así que ya ven: en mi
mente de verdad quiero obedecer la ley de Dios, pero a causa de mi naturaleza
pecaminosa, soy esclavo del pecado.
Sofia Chaves | Yamila Romanini
Paso 3. Rezar: ¿Qué le quiero decir yo a Dios sobre el texto?
