miércoles, 31 de agosto de 2016

Jesús recupera la vista a Bartimeo

Vimos el siguiente video para comenzar la reunión: 

“Aconteció que Jesús acercándose a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando…” Lucas 18,35.

Bartimeo (hijo de Timeo) era ciego y como resultado era pobre, entonces se veía obligado a mendigar para ganarse la vida.

“Y al oír  ala multitud que pasaba, preguntó que era aquello. Y le dijeron que pasaba Jesús nazareno. Entonces dio voces diciendo: “Jesús hijo de David ten compasión de mí” Lucas 18,36-38.

Bartimeo era ciego y no pudo ver los milagros de Jesús pero lo que había escuchado de Él era suficiente para convercerse de que Dios había cumplido su promesa y había enviado al Mesías”
En cierto modo a nosotros nos ocurre lo mismo, hemos hablado de Jesús de su poder, de su gracia y de su deseo de salvar a os pecadores, aunque no los podemos ver con nuestros propios ojos. Bartimeo reconoció a Jesús como “Hijo de David”. Bartimeo estaba convencido de que Jesús es el enviado de Dios, EL Salvador de los pecadores.

“Entonces Jesús deteniéndose, mandó a llamarle; y llamaron al ciego…” Mateo 10,49.

¿Pasaría de largo Jesús?. ¿Haría oídos sordos al clamor de alguien?.

“Bartimeo entonces arrojando su capa se levantó y vino a Jesús” Marcos 10,50.

Bartimeo arrojó su capa, era la única propiedad que los mendigo tenían… se despojó de lo único que tenía y corrió tras Jesús.

Jesús: ¿que quieres que haga por ti?
Si Jesús tenía el poder de sanarlo ¿Por qué le hace esa pregunta?.
Jesús sabía lo que había en el corazón de Bartimeo pero Jesús quería poner en evidencia lo que realmente había en el corazón de Bartimeo.
Jesús quería tener un encuentro con Bartimeo para que éste pudiera expresar su NECESIDAD y FE, para establecer una relación con él de comunión personal con él.

Bartimeo sabía muy bien lo que quería y lo pidió con FE…¿Qué obtuvo?.
“Que se haga como has dicho, tu fe te ha salvado”

“Bartimeo recobró la vista y siguió a Jesús, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vió aquello, dio alabanza a Dios”.

Hoy Jesús quiere tener una relación personal de comunión con vos…
Hoy Jesús te pregunta: ¿Qué quieres haga por ti?.
“Que se haga como has dicho, tu fe te ha salvado”

Oración interior en silencio y personal…
Lectura de salmo 25: Salmo de súplica y confianza.

A ti, Señor, elevo mi alma, a ti que eres mi Dios. En ti he confiado, que no quede avergonzado ni se rían de mí mis enemigos.
3. Los que esperan en ti no serán confundidos, pero sí lo serán quienes te mienten.
4. Haz, Señor, que conozca tus caminos, muéstrame tus senderos.
5. En tu verdad guía mis pasos, instrúyeme, tú que eres mi Dios y mi Salvador. Te estuve esperando todo el día, sé bueno conmigo y acuérdate de mí.
6. Acuérdate que has sido compasivo y generoso desde toda la eternidad.
7. No recuerdes las faltas ni los extravíos de mi juventud; pero acuérdate de mí según tu amor.
8. El Señor es bueno y recto; por eso muestra el camino a los que han pecado.
9. Dirige los pasos de los humildes, y muestra a los sencillos el camino.
10. Amor y lealtad son todos sus caminos, para el que guarda su alianza y sus mandatos.
11. ¡Rinde honor a tu nombre, Señor, y perdona mi deuda, que es muy grande!
12. En cuanto un hombre teme al Señor, él le enseña a escoger su camino.
13. Su alma en la dicha morará, y sus hijos heredarán la tierra.
14. El secreto del Señor es para quien lo teme, le da el conocimiento de su alianza.
15. Mis ojos nunca se apartan del Señor, pues él saca mis pies de la trampa.
16. Mírame y ten compasión de mí, que estoy solo y desvalido.
17. Afloja lo que aprieta mi corazón y hazme salir de mis angustias.
18. Contempla mi miseria y mi fatiga y quítame de encima todos mis pecados.
19. Mira cuántos son mis enemigos y con qué odio violento me persiguen.
20. Defiende mi vida, líbrame: no quede confundido de haber confiado en ti.
21. Integridad y rectitud me guardarán, en ti, Señor, he puesto mi confianza.
22. OH Dios, redime a Israel de todas sus angustias.


También festejamos el cumple de la comunidad! 
Milagros Sisterna | Agustín Cuesta | Micaela Psenda

viernes, 12 de agosto de 2016

Compromiso con la misión motivación a la participación al congreso

Leímos la cartilla y debatimos los temas, llevándolo a la vida en comunidad y a la vida personal de cada uno.

¿Qué es misionar?
Cristo da a sus amigos una misión “Vayan y hagan discípulos a todas las gentes…” (Mt.18,19), y por lo tanto, a cada uno de nosotros.
Se trata de llevar a Cristo a la gente, de renovar el interés y cariño hacia su persona; que nadie se quede sin conocerlo, sin alegría de vivir y dar la vida por Él.

¿Por qué salir a misionar?
Porque no podemos callar lo que oímos, ni guardarnos este gran tesoro, ocultándolo y enterrándolo sin ser compartido. Si el mismo Dios se abajó y quiso hacerse unos de nosotros tomando la condición de siervo, ¡cómo no estar dispuestos a darlo todo por Él!
Queremos asumir la tarea de llevarlo a todas partes, porque Él quiso “arrancar al hombre del poder de las tinieblas y reconciliarlo con Él” (2Cor. 5,19) “y así decretó entrar en la historia en pro de nuestra salvación” (AG N°3).

¿Cómo podemos quedarnos sentados, sin anunciarlo?
Si Él hizo esto, no sólo por mí, sino por cada hombre. Jesús quiso hacerse conocer, encarnándose en una mujer, anonadándose a sí mismo, haciéndose pobre a pesar de ser rico, eligiendo quedarse con nosotros todos los días de nuestra vida hasta el fin del mundo (Mt. 28,20). Quedándose como alimento vital en la Eucaristía.
Él no es un Dios lejano, sino cercano, que camina a nuestro lado y nos dice constantemente… ¡Aquí estoy!

Por eso, como Iglesia, debemos caminar movidos por la Gracia, por la fuerza del Espíritu Santo, por el mismo camino de Cristo: de pobreza, de obediencia, de servicio y de inmolación a si mismo (AG N°5).
Queremos llegar a todos los hijos de Hogares Nuevos, a cada hogar que sufre privaciones, dolor o dificultad, para que Cristo, con su misterio, ilumine la condición humana de cada hombre, que muchas veces se ve desintegrada, mecanizada o banalizada. Él nos muestra la perfección de nuestra condición y de nuestra vocación para ser plenos y felices. Cristo es modelo de una humanidad renovada.

¿Acaso no queremos renovar el mundo y llevarlo, caminando juntos, por los caminos de la plenitud humana?
Cristo no renueva en una humanidad “llena de amor fraterno, de sinceridad y espíritu pacífico” (AG N°8); creando un mundo más justo, solidario, lleno de esperanza y por sobre todo amor verdadero, que sana toda herida humana, toda carencia de pertenencia y aceptación.
¡Él hace nuevas todas las cosas!
Para esto, Cristo necesita de auténticos cristianos que vivan a ejemplo de su Maestro, de hombres nuevos, verdaderos discípulos misioneros, para que quien nos vea, vea a Cristo, se convierta y viva.
En nuestro deber como cristianos, como jóvenes sarmientos del Cristo viviente, incorporados y asemejados a Él por el Bautismo, por la Confirmación y la eucaristía, comprometernos y cooperar a la expansión de su Cuerpo, para llevarlo cuanto antes a la plenitud (AG N°36).
Por eso, es nuestra responsabilidad para con el mundo fomenta en nosotros un espíritu verdaderamente católico y consagrar nuestros esfuerzos a la obra de la evangelización (Ag N°36).

¿Qué se espera de un misionero auténtico y comprometido?
Que como discípulo misionero de Jesús, intensifique su testimonio en cada ambiente de vida y participe activamente en los servicios y en las actividades misioneras que se planifiquen.
Cada uno según su edad, su realidad, sus posibilidades, asumirá tareas en el plan de la misión y a la vez, buscará el modo de proyectarlas en su propio ambiente de vida, donde tal vez se encuentre solo, pero donde está llamada a ser discípulo misionero y a “jugarse” por la buena noticia capaz de transformar la realidad. Para ello, la comunidad le ofrecerá un espacio de formación y oración que alimente su “salida” mientras vamos a los demás.
                                   ¿A quiénes vamos a misionar?
Iremos a todos, comenzando por los más alejados, los menos atendidos, aquellos hijos que manifiesten más necesidad de respuestas existenciales, donde exista mayor necesidad. Queremos encontrarnos con aquellos que están a nuestro lado cotidianamente, pero también con los que se encuentran en las periferias existenciales de nuestros ambientes. Periferias que no abordamos porque no sabemos cómo o porque simplemente son distintos a nosotros, entre nuestros propios amigos, en nuestra propia familia o lugar de estudio o trabajo. Aquellos que hemos alejado y mantenemos distantes porque nos cuesta y por tanto no nos acercamos, no visitamos, y se hacen invisibles para nosotros y para la comunidad.
Salimos para compartir, escuchar, dialogar, aprender y enriquecernos los unos con los otros. Salimos para testimoniar al Cristo vivo que no ama y nos salva, para testimoniar a nuestra iglesia casa abierta para todos.


                                          Oración del joven misionero a la Virgen María:    
               
Madre, que al contemplarte podamos dejarnos habitar
Por la presencia de la Buena Noticia de la que sos portadora,
Y así, en cada momento, ser para el hermano:
Una mirada tierna que descubra la belleza escondida,
Una palabra de esperanza en el sin sentido,
Consuelo en el agobio y en el dolor,
Una mano extendida que invite a levantarse y ponerse en camino,
Un abrazo cálido que cubra y reciba la herida;
Una voz que anuncie: “No temas, la paz esté contigo;
Un corazón que sea el hogar donde cada uno pueda descansar,
Un pie que peregrine hasta donde el Espíritu nos quiera llevar.”
¡Amén!



Yamila Romanini| Matias Seewald