Lectura del día: Juan 3, 1-8
Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, que era uno de los notables entre los judíos. Fue de noche a ver a Jesús y le dijo: «Maestro, sabemos que tú has venido de parte de Dios para enseñar, porque nadie puede realizar los signos que tú haces, si Dios no está con él». Jesús le respondió: «Te aseguro que el que no renace de lo alto no puede ver el Reino de Dios.» Nicodemo le preguntó: «¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el seno de su madre y volver a nacer?». Jesús le respondió: «Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace de Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: «Ustedes tienen que renacer de lo alto». El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu».
- ¿Qué significa para ustedes el compromiso?
- ¿Qué significa nacer de nuevo?
Compromiso:
Para que exista un compromiso es necesario que haya conocimiento. Es decir, no podemos estar comprometidos a hacer algo si desconocemos los aspectos de ese compromiso, es decir las obligaciones que supone. De todas formas se considera que una persona esta realmente comprometida con un proyecto cuando actúa en pos de alcanzar objetivos por encima de lo que se espera.
Reflexión del Papa Francisco sobre la lectura:
El 'renacer de lo Alto', renacer del Espíritu que dio vida al primer núcleo de los primeros cristianos, cuando 'aún no se llamaban así'. Tenían un solo corazón y una sola alma.
Una comunidad en paz. Esto significa que en esa comunidad no había lugar para el chismorreo, para las envidias, para las calumnias, para las difamaciones.
El amor cubría todo. Para calificar una comunidad cristiana sobre esto, debemos preguntarnos cómo es la actitud de los cristianos. ¿Son mansos, humildes? ¿En esa comunidad hay disputas entre ellos por el poder? ¿Disputas de envidia? ¿Hay chismorreo? No están en el camino de Jesucristo. Esta peculiaridad es muy importante, muy importante, porque el demonio busca separarnos siempre. Es el padre de la división […]
Y esto es lo que explicaba Jesús a Nicodemo: este nacer de lo Alto. Porque el único que puede hacer esto es el Espíritu. Esta es obra del Espíritu. La Iglesia la hace el Espíritu. El Espíritu hace unidad. El Espíritu nos empuja hacia el testimonio. El Espíritu te hace pobre, porque Él es la riqueza y hace que tú cuides de los pobres. Que el Espíritu Santo nos ayude a caminar en este camino de renacidos por la fuerza del Bautismo. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 29 de abril de 2014, en Santa Marta).
- ¿Qué significa hoy en mi vida nacer de nuevo? ¿Qué podría aportar para renacer en comunidad? ¿Qué resistencias lo estan impidiendo?
- ¿Cuáles son mis actitudes personales ante la acción del Espiritu?
- ¿Cómo alentar nuestro crecimiento espiritual?
- ¿Qué aspectos negativos vemos en la comunidad? ¿Qué proponemos para solucionarlos?
*Más allá de los problemas; abraza la vida*
Llego el momento; hay q resurgir de las propias cenizas.
Lo que haya sucedido, ahora, ya no importa.
Levántate, anuncia tu liberación plena y celebra una nueva vida –aunque sea por anticipado-.
Recuerda que eres mucho más grande que tus problemas.
Ellos son una tempestad, pero muchas veces en un vaso de agua. Y, aunque hayan sido muy graves, ya forman parte del pasado.
La vida continua aquí y ahora.
La causa de tu depresión pertenece al pasado, por eso, aprende a deshacerte de lo que no existe y comienza a vivir lo mejor de ti mismo y de tus deseos.
No lo olvides; hoy es otro día. Resurgir es necesario.
Abraza a tus familiares, sonríe desde el amanecer y juega a ser feliz.
Esta es tu hora: sal de tu cuarto, vístete como para una fiesta y comienza a gozar – aunque sea- de una alegría de préstamo.
Por favor, cambia tu expresión, vístete con lo q más te gusta, dibuja tu mejor sonrisa y sal al mundo.
Si, anímate a resucitar: la vida vale la pena. Y, de repente, descubrirás que abrazando la vida, todos bendecirán tu presencia.
Lucia Babini | Luciana Vilte Martin